Episodios: 6
País: España
Año: 1978
Intérpretes: Victoria Vera,
Luis Suárez,
Alfredo Mayo,
Manuel Tejada,
María Jesús
Lara, Carlos
Romero Marchent, Ana Marzoa, Armando Calvo,
Terele Pávez,
Fernando
Nogueras, José
Nieto, Luisa
Sala, Miguel
del Castillo, Marisa Porcel,
José Bódalo,
Antonio
Almorós, Lorenzo
Robledo, Lola
Lemos, Luis
Marín, Manuel
Puchades, Francisco
Sanchís, Lorenzo
Ramírez, Julia
Lorente, José
María Portillo, Antonio Pascual,
Verónica
Orueta, Trini
Guillén de San Pedro, Jaime Soler,
Francisco
Nieto, Nuria
Gallardo, María
José Bódalo, José Manuel
Salgado, Domingo
Alexandre, Miguel García
Torres, Amparo
Calatayud, José Luis Lespe,
Jesús
Enguita, Juana
Jiménez, Pilar
Vela, José
Mayor, Francisco
Sanz, Paca
Samper, Amparo
Guillot, Pura
Martínez, Concha
Miñana, Rosa
María López, Fernando
Sánchez Polack, Manuel Miñambre,
Miguel G.
Monrabal, José
Alberto García, Alfredo Bonet,
Aurelio
Montrol, Antonio
Orengo, José
Villasante, José Marco,
Manuel Navas,
José Luis
Chinchilla, Fina Albert,
Fina Pérez,
Gabriel
Laguna, Vicente
del Águila y Antonio
Miravete.
Cadena: La 1
Los protagonistas principales de la historia son 'Los paloma', desarrollándose, simultáneamente, la vida de tres generaciones: el abuelo, el mejor pescador del lago; Tono, el hijo, que ha consagrado toda su vida a ganar terreno al agua, en una tarea interminable, acarreando tierra en su barca con la que conseguir, palmo a palmo, un terreno que cultivar, y, por último, Tonet, el nieto, la oveja negra de la familia, que, con su conducta, causa la deshonra de todos. Y, como fondo, todo el entorno social de una época en plena transformación. La época en la que se sitúa la acción es a finales del siglo XIX y principios del XX.
A finales de los 70, cuando la televisión apenas había empezado a explotar todas sus posibilidades, se planteó el objetivo de educar al espectador. El director Rafael Romero Marchent decidió entonces transformar "Cañas y Barro" en una teleserie que se proyectaría en horario de máxima audiencia. Por un lado, el localismo de la obra permitía reivindicar una cultura que en tiempos del franquismo había sido anulada y, por otro, el relato plasmaba unos valores muy apropiados para la línea pedagógica del producto que en aquel momento se pretendía ofrecer: el trabajo, la familia, la honradez, el fracaso de la mentira... [1, 2]